hola querideeees! cómo están ustedes???? qué content de volver a escribir estas letras, como diría mi abuela Águeda… “a ver, escríbeme unas letras ahí para….” o “me ha escrito Fulano unas letras”. Eso quería decir que había escrito una carta. Han sido unas semanitas pero ya estamos aquí. Como creo que ya os he mencionado otras veces, me produce una inmensa tranquilidad sentir que aunque pase el tiempo pues luego siempre quiero volver a escribir estas letras. Como un poco con todo, nos enfrascamos en una profunda angustia porque no salgan las cosas o no apetezcan sin la confianza de que hay algo muy certero que te nacerá en el futuro. Vamos que lo estamos haciendo bien, no agobiarse.
El otro día os comentaba que me encantaría hablar de cosas que no hablo, como lo sucio del sexo. Hoy, tampoco va a ser ese día. Pero sí hablaré de caca, mierda, defecar, etc. jajaj La verdad es que os habla una persona que en sus primeros años de vida padeció estreñimiento crónico, no se tira pedos asín como asín y menos en público. Aunque no lo parezca, soy una chica pudorosa. Esto me ha llevado a hinchazones y malestares que no han sido nada agradables. Recuerdo cuando un día mi amigo Alejandro Lebowski (una institución) me comentaba bien chiquitita cuando estudiaba y fue a cagar. Cuando salió del váter y procedía a lavarse las manos bajo las atentas miradas de los presentes, espetó: “Sí, he cagado. ¿Qué pasa?”. Me empoderó escucharle. No revirtió mi estreñimiento, pero ayudó. Luego entendí que si no cagaba fuera de casa, un día quizá explotaría y moriría. Así que empecé a cagar (o a intentarlo) en cada sitio que me apetecía. Ahora, estoy mejor. Pero seguimos sin hablar de los pedos y de la caca.
El otro día, estaba yo en un bar y me vino este pensamiento tan conectado a tu intestino de “me cago”. Así que voy. Para ello, yo necesito estar cómodo. En mi desarrollo y búsqueda de la cura para este estreñimiento, descubrí un método que a mi me funciona (o me funcionaba). Como cuando viene, viene y si lo dejas pasar, no viene, no siempre estás en un retrete con unas condiciones de salubridad óptimas, por lo que tienes que apañárselas, cariño. Si el váter está hecho un asco, procedo a quedarme como dios me trajo al mundo (previamente, hemos echado el pestillo -obviamente-), me subo encima de ese váter y me abrazo las rodillitas para tener una plácida velada. Con lo cual, el otro día se me presentó la oportunidad perfecta para llevar a cabo mi método que siempre ha funcionado. Estoy yo ya en pelotas, con mis rodillitas cogidas y esperando a que la cosa fluyera, cuando…. (recordemos el paso de echar el pestillo que, por supuesto, había llevado a cabo) entra un señor, ve tan dantesca imagen y me dice: “cierra, coño”. ¿Se asustó quizá? O sea… cierra coma coño (??????’? Pues mira señor para empezar, ya había cerrado. Si este bar, además de no tener tapa en su váter, tampoco tiene un pestillo que funcione, no es mi culpa. Ni la suya, supongo. Pero tronco……..Me estás diciendo que me has visto en pelotas, sobre un váter en postura de monje tibetano intentado echar una cagadita y encima….te enfadas(???? señor, coño USTED ejeje nada amigas, no cagué. No se si gracias a Alejandro o a qué, no me dio ninguna vergüenza. Me vestí, con las mismas salí, le miré, “hasta luego” le dije y ya jejje. Espero que el señorito se lo contase a los otros señoritos cuando llegó a su mesa. Aunque, seguro, que por no hablar de caca ni se lo contó.
Dicho esto, no solo pienso en cagar. Ni mucho menos. Últimamente, siento que soy más consciente con lo temporal. Y no a largo plazo, para nada. Más en lo más instantáneo. Soy una hipócrita porque no es que sea más consciente, si no que la realidad me obliga a serlo. Porque pienso mucho en esos tiempos que son irreversibles y que, por mucha prisa que tenga, por muy corto e instantaneo que sea, me tengo que joder y contemplar. Sí, ni hacer nada ni intervenir, solo contemplar. A ver si sentís de los tiempos que hablo….Por ejemplo, desde que enciendes el mechero hasta que se enciende el cigarro, desde que el semáforo está en rojo hasta que comienza a estar en verde, desde que alguien te mira a los ojos y sientes lo que te produce, desde que alguien señala algo y tú pones ahí el foco o desde que te pones a abrir una lata de cerveza hasta que ya está abierta. No se si os habéis visto en algunos de estos momentos. Son momentos fugaces, que podrías vivir aguantando la respiración, pero que por mucho que quieras, tienes que esperar. Siento que es el tiempo desde que accionas algo hasta que reacciona lo otro. Y no sabes lo que va a pasar, si el semáforo igual se funde, el mechero no tiene gas o la lata, por la puta cara, está vacía. Y que de alguna forma u otra, todas atravesamos en algún momento de esta vida. Podríamos empezar a hacer estos momentos más colectivos en consciencia y crear comunidad. Porque todas los vivimos.
Y es que, también pienso mucho en esto. En las cosas que colectivizan y las que no. A veces siento que hay muchas grietas por las que se nos escapa y no lo hacemos adecuadamente. Por ejemplo, con la música. Cómo se vive la música en una romería o en una rave o en la pista de una discoteca o en tu puta habitación. Porque en esa pista, querida, rodeada de gentes y sudor, puedes estar más sola que la una. En una romería, no pasa tanto. Mi abuela Maricarmen, siempre me habla de las romerías que ella vivía de jovenzuela en Asturias. “Meábamos sidra”, me dice. Estoy seguro de que en ese momento, en su cabeza, hay un hilo músical y utiliza la música como catalizador del recuerdo. Del suyo y de las personas con las que estaba. Siempre me ha tocado soberanamente las pelotas cómo el fascismo tiene uniones ideológicas inquebrantables que aunan fuerzas de una masa, cosa que en lo kink no pasa tanto. Amigas, cuidadito, que antes muerta que fascista y me siento más agusto en las grietas de lo kink por lo subversivo de los integrantes aunque nos queramos, a veces, matar entre nosotras mientras escuchamos música solas en nuestra habitación.
Aparte del tiempo, la caca, mis abuelas y la colectividad, también he pensado en el amor. Esto es harina de otro costal y, por ahora, no me voy a enrollar del todo. Pero os voy a dejar una lista de canciones que he hecho, para crear colectividad en este amor romántico y platónico que me incrustaron desde bien peque. No es que os vaya a decir la fantochada de “el amor para mi…...suena así” jajajajj soy friki, pero no tanto. Es más una cuestión de que la sensación que me producen estas canciones, también me las produce el amor. Algunas me las enseñaron mis abuelas, otras ya las aprendí yo. Hay de amor y de desamor también eh jaja porque….qué os voy a contar, del amor al desamor hay un trecho tan ínfimo y tan real, como el que hay entre bailar con gente y sentirte sola, como el que hay entre el semáforo rojo y el verde y como el que, queridas….hay en el momento que sientes una cosa y dejas de sentirla.
Si queréis ya comentamos una a una cuando las escuchéis y lo que nos produce. Bailadlas o lloradlas.
el amor - playlist by Daniel Clavero | Spotify
Un besazo!
Daniel Clavero <3