hola hola! Ya estamos aquí otra vezzz, como las ganas me suelen poder más que lo demás pues sou aquí. Menuda semana esta y menudo fin de semana jaja o semanas ya no se cuándo me pasé por aquí la última vez pero no hace tant…. ay ay ay el otro día estaba yo bailoteando de fiesta y en un momento pensé algo que llevaba tanto sin sentir. Fue como tener consciencia de ese momento presente mirar a mi alrededor y que una voz que salía de las paredes me susurrase y gritase a la vez: “eres joven”. Frikii total, pero fue muy bonito.
Aquí seguimos con la pierna de aquella manera. Gracias a esto, estoy yendo todas las mañanas a rehabilitación. Empiezo cada día, bien temprano, tirado en una camilla mientras me dan ondas en la pierna y leo mi libro. Aquí no me da tanto pavor, pero intento leer con el libro bien cerca de mi cara para que la gente no alcance a leer: “trola”, “texto escrito por tu hermana -la amanerada-” o cualquier título del libro que leo, que me encanta y tanto me está dando (gracias mi Nenúfar por el regalito). Cuando me da más angustia es cuando llego al trabajo desaliñada por haber cogido 3 trenes, con mis ondas en la rodilla ya dadas y dejo el libro en la mesa sin pensar, siendo la #inocente. Me atraviesa un calor por todo el cuerpo al pensar que, con toda su prudencia, venga alguien y se interese….”anda, qué estás leyendo???” y mi primera respuesta fuera “ammm…Lo último de… Elvira Lindo” o lo que es peor: se atrevan a levantar la solapa y lean el título del capítulo por el que voy: “soy una marica puta”. Y ahí, queridas, entiendan que ni Elvira Lindo ni hostias, dejen caer la hoja por la que han abierto sobre la siguiente y guarden: silencio. Que al fin y al cabo, es lo que quiero y lo que agradecería. A la vez…Ojalá pase. En todo este show, me siento bastante agusto últimamente. Mi cabeza ya se ha acostumbrado a ser selectiva y apuntar a lo realmente importante. El otro día, reunión de cincuenta personas: revisión trimestral de resultados y nuevas prácticas y mejoras. Miro la diapositiva presente en ese momento: “Fall in love with the problem, not with the solution”. Una carcajada interna estalló desde la frente hasta la punta del pie y pensé: “si home, guapo”. Que te lo has creído!!! Mientras me doy chocazos contra la pared, cargadita de valium pensando en el problema y “disfrutándolo”, te aseguras de arrancarme la piel a tiras porque TÚ, cielo, sí sabes “the solution”. En fin. Para qué os voy a mentir, me lo paso bien.
En este vaivén que acarrea la supervivencia, menta no deja de pensar y crear y enfadarse y cagarse y aceptar. Pensando mucho en mis fuentes de inspiración, en cómo leer me ayuda a escribir, escuchar una conversación me inspira una historia o ver colores me da ganas de pintar… Vengo con esta reflexión que me atraviesa y preocupa a partes iguales, sobre lo más valioso que nos ha dado la evolución de la humanidad: EL LENGUAJE. Mirad…el lenguaje genera millones de cosas: expresión, comunidad, representación, empatía, significación…Muchas. Qué pasa? que siento que ahora mismo estamos atravesando una crisis acojonante con todo esto y no me inspira del todo. Por qué? Te preguntarás. Pues vamos a ello…
Llevo un tiempo (casi ya haciendo una lista) de determinadas palabras o expresiones que me producen un escarnio interno que si tuviera algo en la mano, lo estamparía al escucharlas. Os dejo algunas… “amorch”, “pec -x el culo-”, “coquette”, “esto es mi imperio romano”, “la verdunch”, “sirviendo coño”, “devorando”, “imagina no decir madre..” o sea… Ahora mismo me acaba de subir la presión arterial escribiendo esto. Y OBVIAmente, yo muchas veces digo o he dicho esto peeeeeero, pienso que generamos unos códigos lingüísticos absolutamente vacíos, en los que en tan solo un día, agotamos cualquier tipo de gracia o mofa que tenga cualquier palabra. Porque nos sentimos en la obligación de ser chicas super cools utilizando el lenguaje de internet, que dice otra moderna de turno con sus gemas en los dientes y sus tachuelas en el vaquero. Bueno, corazón, pues qué te digo. Quizá la moderna de las tachuelas tiene gracia, pero tú ya no.
No me quiero poner violenta porque no es el objetivo. Lo que quiero es hacer un llamamiento a replantearnos esto más. En el librito este del que os hablo, tratando lo rural y lo urbano, le autore dice: “Cuando no aguantas a alguien, la ciudad te permite desarrollar la capacidad de ignorar esto, que te resulte como cualquier cosa. En el pueblo, por lo menos, tenemos el chisme para criticarle.” Esto es una clara demostración de cómo el habla, el lenguaje y el chisme generan una comunidad mediante la expresión. Y me pregunto yo…Qué comunidad estamos generando? Recuerdo a mi tío -abuelo cebolleta- recordando las palabras que decían cuando… “eran otros tiempos”, qué se yo! como “mogollón”, “molón”, “kelly”, etc. Eso es parte de su identidad, lo recuerda y en su día le sirvió como código identificador de su generación. ¿Creéis que en unos años diremos para hacernos las viejóvenes… “qué coquette”? ajajja espero que NO.
Esto por no hablar del privilegio del que se hacen cargo determinados bustos parlantes para decir palabras al tuntún, pertenezcan o no a les subversives que sí usan estos términos. En la fiesta esta de la que os hablaba al principio, se nos presenta una chica y -por cumplir- mi amiga le dice “tía que chulo tu vestido” y ella…tan vivaracha, suelta: “sí tía jajajajajaja hoy me puse para servir pronombres, digo”. PERDÓN???????? jajaja apunto que esta chiquita pues… cis…moderna…no se, no creo que en su vida haya tenido que aclarar su pronombre en ningún tipo de espacio. No se chicas, ¡espero que se me entienda! Si no, pues no pasa nada, lo siento. Pero estoy preocupado por cómo no generamos unos códigos como “mogollón” si no que convertimos el lenguaje en un vehículo (putrefacto) extremo en el que lo universal y el entendimiento entre nosotras se vuelve mediocre y sin gracia. Como suelo apuntar… A ver si somos un poquito más genuinas. y PUNCH (jajja es broma, dejemos las -ch y atrevámonos más con la -e y la empatía ....si tuviéramos tanta fuerza para todo…otro gallo cantaría).
Hasta aquí mis reflexiones de hoy. De verdad, que yo comparto aquí esto porque me siento seguro y con cierta confianza con las que consumís esto, no quiero parecer la cascarrabias, que tampoco es eso y que cada une se exprese como le da la gana.
Siento que todo últimamente está teniendo tanto sentido…A veces nos sentimos perdidas. No se exactamente el sentimiento peeeero, perdida no me percibo. Os dejo esta canción de Rocío Durcal que esta semana he cantado mucho. La tenéis también en versión cumbia divertida (de Damas Gratis). Rocío Durcal siento que siempre ha sido alguien para mi. Su voz cálida, de madre y a la vez siento que de fumadora, siempre me ha reconfortado. Porque a mi abuela le encantaba y le encanta. De alguna forma siempre me hace pensar en ella. Cuando me enteré de que le gustaba de peque (cómo somos de pequeñes….) pensé que por la edad, el físico, etc. que eran amigas o algo así. No entendía. Ahora entiendo.
“No cabe duda que, es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor”
Un besón.
Daniel Clavero <3